RESTAURACIÓN PENDÓN DE SAN ISIDORO
INTRODUCCIÓN
El Milagroso Pendón de San Isidoro es una insignia histórica militar cuyo origen se remonta al año de 1147, en el que gracias a la intervención milagrosa de San Isidoro, el ejército del Reino de León, con el Emperador Alfonso VII a su cabeza consiguió para la cristiandad la ciudad de Baeza. Para recordar tan importante evento, el Emperador con algunos de los nobles leoneses fundó una Cofradía y mandó bordar un pendón en el que se reflejase la imagen de San Isidoro a caballo, vestido de pontifical, portando una espada en una mano y una cruz en la otra, mientras desde una nube, la mano del apóstol Santiago le entrega una espada. Tal imagen se corresponde con el sueño que el monarca leonés tuvo la noche antes de la conquista de Baeza. Además figura en el pendón un escudo de Castilla y León, así como tres castillos y dos leones rampantes que se alternan en el lado del pendón que aloja el mástil. Desde el momento de su fundación en Baeza, la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro ha sido custodia del Panteón Real de León, rindiendo culto a San Isidoro y homenaje a todos los Reyes de León, manteniéndose activa dentro de los muros de la Real Colegiata de San Isidoro y participando de la vida de la misma de forma ininterrumpida.
En la Real Colegiata de San Isidoro en León se conserva un pendón que responde fielmente a la anterior descripción y que se ha considerado tradicionalmente como el Milagroso Pendón de San Isidoro, o Pendón de Baeza. La Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro tiene en su haber una réplica del referido pendón, de reducidas dimensiones, que utiliza para los actos en que así lo precisa. Dicho pendón, bordado en el año de 1947 en el taller de D. Saturnino Escudero, del que haremos a continuación una descripción pormenorizada, guarda varias diferencias con el pendón original. La primera y más llamativa es que el pendón original está bordado por ambas caras, mientras que el pendón de la Cofradía está solo bordado por una de ellas. También difiere del original en las dimensiones, así como en el color de la tela de soporte, siendo de un color más oscuro en el pendón de la Cofradía, llegando casi al burdeos, mientras que el pendón original es color carmesí. El diseño de ambos pendones es idéntico, así como el tamaño del bordado y el dibujo del tejido de soporte.
PROYECTO
El pendón de la Cofradía presenta bastante deterioro, debido sobre todo a que tradicionalmente se ha guardado enroscado sobre su propio mástil, y a lo delicado de la tela de soporte y el tamaño y peso del bordado. Es por ello que la Cofradía tiene la intención, y así nos lo ha transmitido, de traspasar el bordado a un nuevo tejido de soporte. La Cofradía ha decidido acometer esta obra variando las dimensiones del pendón y el color del tejido de soporte para que sean iguales al pendón original, esto es, más grande y más claro que el pendón que hasta ahora ha venido usando en sus actos oficiales.
A la hora de valorar los diferentes presupuestos que desde nuestro taller se han ofrecido a la Cofradía, se ha visto que una parte importante de las horas necesarias para la ejecución de nuestra intervención venían dadas por el particular modo de perfilar el bordado, con un haz de hilos de seda abullonada en vez de con un cordón de oro o plata, que es lo habitual. La Cofradía, con la intención de disminuir el gasto producido por la intervención, nos preguntó por la posibilidad de perfilar el bordado con un cordón de oro. Tras los cálculos pertinentes, desde el taller informamos de los distintos precios finales con perfilado de seda y con perfilado de oro. Finalmente la Cofradía decidió la variación a perfilado de oro, asumiendo el cambio sustancial en el aspecto del Pendón.
TIEMPO DE EJECUCIÓN
Tras reunión mantenida con la Cofradía el 4 de enero de 2014, se acordó como fecha de entrega del pendón al taller el 7 de enero de 2014, debiendo estar preparado nuevamente para su uso en la primera aparición oficial de la Cofradía, prevista para el 19 de abril de 2014.
DESCRIPCIÓN DEL PENDÓN
La réplica del Milagroso Pendón de San Isidoro, propiedad de la Cofradía del mismo nombre y que es objeto de este estudio e intervención es de forma rectangular, con dos picos en uno de los lados cortos. Estos picos tienen una longitud diferente entre ellos, siendo mayor el pico superior. Tiene unas medidas de 202 cm de largo en el pico superior, 185 cm en el inferior y 196 de ancho.
La tela de soporte es conocida como seda estrecha, realizada en seda 100% de color rojo burdeos oscuro tejida con el dibujo de diseño “Palma”, muy al uso en la primera mitad del siglo XX. En la cara anterior presenta todo el bordado, siendo la posterior lisa. Las dos caras del pendón están confeccionadas a partir de cuatro calles de seda estrecha, procedentes de una pieza de 54 cm de ancho. El tubo por el que se coloca el mástil está confeccionado con un damasco sintético de diferente diseño y color que ha debido sustituir al original en alguna intervención de mantenimiento. El tubo acaba en su parte superior en un canal fruncido por el que corre un cordón de seda del mismo color que el damasco, acabado en dos borlas del mismo material y color que se emplean para atar el pendón al mástil. Los otros lados del pendón se rematan con un fleco de seda abullonada y recortada, de color naranja y beige, de 3 cm de longitud.
La disposición del bordado es la siguiente: La pieza que comprende a San Isidoro con la espada y la cruz y el caballo, en posición pasante, ocupan la parte central del pendón, mirando hacia el lado superior del mismo. El bloque que corresponde a la mano de Santiago, la espada, la estrella y las nubes ocupa el ángulo superior del pendón. El escudo de Castilla y León se encuentra fijado en el lado superior del pendón, aproximadamente a la altura de la cabeza del caballo. Por último, a lo largo del lado izquierdo, que es el que presenta el tubo, se disponen de forma aproximadamente equidistante 3 castillos y 2 leones rampantes.
El bordado está realizado en diferentes técnicas según las piezas, teniendo como denominador común el estar preparado directamente sobre lienzo moreno o retor, sin paño ni soporte de lana intermedio. A continuación describiremos de forma pormenorizada las diferentes técnicas de bordado que están presentes en el pendón.
San Isidoro: La cara y las manos del santo están realizadas en repostero de seda beige sin entretelar montado directamente sobre lienzo moreno. El cabello está bordado en seda color naranja, mientras que las facciones de la cara están realizadas en perfilados de seda negra. Las vestiduras del santo están bordadas en cordones de plata de varios tipos y calibres dispuestos en distintas orientaciones, mediante técnica de setillo y fijados con hilos de seda de color azul en diferentes tonalidades para otorgar distintos brillos. La mitra y la estola del santo están bordadas en oro con diferentes técnicas, tales como taqueados y ondas triples. El calzado del santo está realizado en seda verde oscuro sobrebordado con cordón de seda cilíndrico color ocre. La espada presenta la hoja bordada en hilo de plata, mientras que la empuñadura está bordada en cordón de oro. La cruz, latina y flordelisada, está bordada en setillo de cordón de plata. En el santo las piezas que presentan mayor calidad técnica son la silla de montar, realizada en camaraña de oro, el broche de la capa, igualmente realizado en camaraña, y la mitra, que ya ha sido descrita.
El caballo: la técnica de bordado del caballo se conoce como jiraspe. Es una técnica complicada y laboriosa, ya que los hilos se confeccionan en el propio taller de bordado, y normalmente se emplea para pequeñas piezas. El jiraspe consiste en rizar un fino hilo de oro o plata sobre un alma de cordón de seda. De esta forma se obtiene un cordón de seda que puede ser de cualquier color, al que se le otorga brillo metálico. En el caso concreto del caballo, está realizado con hilo de plata sobre seda color beige. Es muy llamativo que en esta obra se emplee una técnica tan laboriosa en la realización de una pieza de grandes dimensiones. Por otra parte, y sin entrar en una comprobación detallada, es uno de los pocos bordados que presentan esta técnica en León. Los hilos de jiraspe están fijados al lienzo moreno en forma circular, en setillo, con hilos de seda de diferentes colores (verde, naranja, amarillo, marrón, azul), sin haber encontrado explicación alguna para la disposición de estos colores en la seda. Los dientes del caballo están bordados en seda blanca, y la lengua en seda rojiza. El bocado del caballo está realizado con una pieza de pasamanería de plata, fijado con florones bordados en plata en la boca del caballo. Los cascos del caballo están hechos en cordón de plata en setillo.
La nube: el bloque formado por la nube, el brazo de Santiago con la espada y la estrella está bordado en plata sobre lienzo moreno. La mano está realizada en repostero de seda igual que las encarnaduras del santo.
Para la manga de Santiago se emplearon cordones de plata de diferentes calibres fijados con hilos de seda azul en diferentes tonos, mientras que la nube está realizada en jiraspe y la espada y la estrella están bordadas en hilo de plata en setillo.
El escudo de Castilla y León: los castillos están bordados en oro sobre oro negro, mientras que los leones están bordados en seda roja matizada con hilo de oro sobre jiraspe de plata y seda beige.
Los castillos y los leones: Los castillos están bordados en muestra de oro con aplicaciones de seda en ventanas y puertas, bordados en setillo lineal. Los leones están bordados en oro en setillo circular.
El perfilado de las piezas, en vez de estar hecho con cordón de oro o plata como es habitual, está realizado con un haz de hilos de seda abullonada, para dar el efecto de perfil grueso propio de los dibujos románicos, tan presentes en el Panteón Real de San Isidoro. El color del perfilado es negro cosido en negro en el caballo, en el escudo de Castilla y León y en el santo, azul cosido en azul en la nube, las espadas, la cruz y la estrella, y amarillo cosido en verde en los leones y los castillos.
ESTADO DE CONSERVACIÓN DEL PENDÓN
El tejido de soporte: El tejido de soporte presenta numerosos desgarros en toda la extensión del pendón, por ambas caras. Estos desgarros son más importantes en la esquina superior, en los picos, así como inmediatamente por debajo del caballo. Esto es así, debido a que son las zonas de más tensión a la hora de mantener el pendón en vertical. Muchos de los desgarros a los que nos referimos han sido parcheados de diferentes maneras, con tejidos termoadhesivos, zurcidos y otras soluciones que han venido a descompensar las líneas de tensión del tejido, produciendo más desgarros en zonas que inicialmente debían conservarse bien.
El bordado: El estado de conservación del bordado es variable en función de las piezas de las que hablemos, por lo que vamos a analizarlas una a una.
San Isidoro: La conservación de los bordados que conforman las vestiduras del santo es buena. Esto responde a varias razones, la principal es que está confeccionada principalmente con cordones e hilos de grueso calibre, que tienen más resistencia al desgaste. La cara y las manos del santo son posiblemente las piezas que están en peor estado, ya que están realizadas en una seda muy fina sin reforzar, con lo que se ha desgastado mucho, habiendo grandes zonas de las mismas en las que hay falta de tejido. El broche de la capa y la mitra presentan algunas lesiones propias de la antigüedad de la pieza, como son hilos desplazados en las camarañas, y algunas vueltas de hilo sueltas. La espada y la cruz no presentan defectos reseñables, exceptuando algunos hilos sueltos.
El caballo: La técnica en la que está bordado el caballo, explicada anteriormente deja espacios abiertos entre las diferentes pasadas de jiraspe, no habiendo encontrado faltas de material en ninguna parte. En cuanto a los perfilados, en algunas zonas está realizado, por dentro del haz de seda, con un cordón de oro que presenta un desgaste muy importante, estando en muchas zonas totalmente al descubierto el alma de seda del mismo. La pasamanería de plata que conforma las riendas del caballo presenta bastante desgaste al ser un elemento superpuesto sobre el bordado, al igual que los florones del bocado.
La nube, la espada y la estrella: La nube y el brazo de Santiago no presentan lesiones reseñables a grandes rasgos, si bien se han identificado algunos hilos sueltos. En la mano de Santiago el estado del tejido es tan malo como en la cara o en las manos de San Isidoro. La espada presenta falta de algunos hilos de plata, así como algunas hebras que están sueltas. La estrella es posiblemente la pieza que en conjunto tiene peor estado de conservación, con falta de numerosos hilos de plata que dejan al descubierto el lienzo moreno de soporte.
El escudo de Castilla y León: La conservación de esta parte del bordado es aceptable, sin haber encontrado faltas de hilos ni hebras sueltas.
Los castillos y los leones: En general, los leones presentan una buena conservación, principalmente por el pequeño formato de las piezas. No hemos encontrado falta de hilos ni hebras sueltas. Los castillos tienen una conservación peor, no por el bordado en oro, que tiene un aceptable estado, sino por todos los hilos de seda que dibujan el castillo sobre el oro, que están en su mayoría sueltos. Además el castillo más inferior ha sido atravesado, en una desafortunada intervención por una costura hecha a máquina en hilo sintético rojo al rehacer el tubo por el que meter el mástil. Al pasar el patín de la máquina sobre el bordado debió engancharse en los hilos de oro, arrancando algunos de ellos en la torre inferior del mismo.
INTERVENCIÓN DEL TALLER EN EL PENDÓN
Inicialmente, y aun estando fuera del presupuesto aceptado por la Cofradía se ha limpiado el bordado empleando para ello medidas no invasivas (cepillado y aspirado suave), sin emplear procedimientos químicos. Tras proceder a la toma de medidas y fotografías detalladas de las dos caras del pendón, se ha retirado el fleco de seda del mismo, y se han abierto las costuras, apareciendo entre las dos partes de seda estrecha una pieza de muselina. Esta pieza, debido a las intervenciones de parcheado del pendón estaba en algunos sitios adherida a las sedas, y al separar las capas, se ha llevado consigo jirones de seda. Posteriormente se ha recortado el perfilado de seda de los bordados y se han separado las piezas bordadas de la seda. Para la disposición de las piezas en el nuevo soporte de seda estrecha, ya que las dimensiones son semejantes al pendón histórico, nos hemos basado en datos fotográficos para reproducir lo más fielmente posible la colocación original de las piezas.
A continuación se ha iniciado el proceso de fijación al nuevo soporte de seda estrecha. Para ello hemos empleado un bastidor de anchura progresiva tensando en él una pieza de lienzo moreno. Se ha colocado sobre el la seda estrecha una vez compuesta la pieza formada por las cuatro calles de seda. Seguidamente hemos fijado con puntadas de hilo de seda de color crudo el caballo con San Isidoro por dentro de los bordados, al igual que estaba hecho por el taller de D. Saturnino Escudero. Posteriormente hemos fijado todos los bordes de la pieza con seda color crudo. El resto de piezas se han ido fijando de la misma manera en sus lugares correspondientes. Durante todo el proceso de fijación hemos ido fijando nuevamente al bordado aquellos hilos de oro o plata que estaban sueltos, para ralentizar el proceso de deterioro del bordado aunque no nos encontremos en la restauración del mismo. A continuación se ha procedido al perfilado del bordado. Con la intención de preservar el aspecto original de la pieza, ya que el perfilado en seda es una de las cosas más características del pendón, que pensamos que no se debe perder, hemos optado por realizar nuevamente el perfilado con un haz de seda abullonada, aunque no estuviese dentro del presupuesto aceptado por la Cofradía. Para ello hemos extraído muestras de las sedas originales para adquirir los mismos colores que se emplearon originalmente. Hemos procedido a perfilar de acuerdo al diseño original las diferentes piezas, respetando las combinaciones de colores tal y como estaban en el pendón antes de ser desmontado.
En el caso de los castillos y los leones hemos variado un poco su disposición, separándolos del mástil del pendón, para que tengan una mejor conservación. Seguidamente hemos fijado todos los cordones de seda que estaban sueltos en los castillos, así como los hilos de oro que se habían soltado en el castillo inferior al pasar la máquina de coser por encima de él. Para terminar, hemos elegido un fleco de seda abullonada rojo y beige, del mismo color que el pendón, que presenta la misma longitud que el fleco antiguo.