SALUDA DEL ABAD

Una nueva etapa se abre para la Imperial Cofradía. Con el estreno de esta renovada página web pretendemos dar un paso más en este largo caminar que nos traslada hacia un mejor futuro, asentando, eso sí, los pies firmes en un pasado que nos ha traído hasta aquí, desde aquel glorioso 25 de julio de 1147, desde nuestra fundación por el Emperador Alfonso VII y sus Caballeros, tras la toma milagrosa de aquel “Nido Real de Gavilanes”, la Bayyasa musulmana, la Baeza cristiana.  

No podemos renunciar ni olvidar nuestro pasado pues no solo somos depositarios y guardianes de uno de los símbolos más prestigiosos y prestigiados (el Milagroso e Invicto Pendón de Baeza), sino incluso los depositarios de una herencia y hasta de las esencias de una forma de entender la vida o de concebir las relaciones con la Trascendencia.

Como exigen los nuevos tiempos, también nosotros adoptamos estas nuevas tecnologías para ser, naturalmente, no solo un lazo de unión, incluso en la distancia (nuestra institución comienza a trascender fronteras), entre todos los Ilustres Damas y Caballeros de la Imperial Cofradía sino que pretendemos con ello, “sin prejuicios ni falsos pudores”, confesarnos públicamente como lo que somos: cristianos comprometidos y dispuestos a cambiar el mundo, con ayuda, claro está, de nuestro Santo Titular, por cierto, el más sabio de los santos y el más santo de los sabios, el Señor San Isidoro. Que el mundo sienta nuestra presencia y valore nuestro ejemplo y nuestra forma de entender la vida. Actitud que debe destacar, necesariamente, como nuestras blancos hábitos, sobre este relativismo vigente, esta mediocridad reinante y este gris que se ha apoderado de la sociedad. Eso sí, sin escatimar esfuerzos, pero sin engreimientos absurdos; no mejores que nadie, eso sería un pecado de soberbia, pero tampoco peores que ninguno…

Os invito a visitarla a menudo, a disfrutar de la misma y, naturalmente, a colaborar puesto que esta herramienta ha sido concebida como una forma de comunicación ágil, cercana y al servicio siempre de la misma causa, la difusión de las doctrinas de San Isidoro, la guardia y custodia de nuestras esencias, la santificación de los miembros de la Cofradía y, a través de las ceremonias en las que participamos, la mayor gloria del Señor y el engrandecimiento de la Real Basílica Colegiata que fue palacio de aquellos reyes que hoy descansan bajo la mirada protectora del Señor del tiempo, el Cronocrator, representado, junto con la Sagrada Cena en las bóvedas centrales de las pinturas románicas más excelsas que el ojo humano ha podido contemplar.

Quede claro también que esta página nace abierta al mundo, a cuantos quieran conocernos, ya que no es, en modo alguno, ni exclusiva ni excluyente. Sería limitarnos y hasta encerrarnos en una postura demasiado cómoda que ni siquiera encajaría con nuestros estatutos o nuestros presupuestos fundacionales.

En ese deseo, vaya ahora, para cerrar estas breves líneas de bienvenida y presentación, la jaculatoria de despedida de los actos de la Imperial Cofradía, con los hermanos recogidos en la Capilla de Santo Martino (1130-1203), nuestro santo leonés y, con toda seguridad, Consiliario de nuestra institución: ahora y siempre.

“Señor San Isidoro ruega por nosotros”

Hermenegildo López González

Abad